¡Por fín! Ya acabaron las Fiestas de Galera de este año 2011. Si duran un día más, muero...de verdad que muero. La realidad es que con cierta pena las despedimos, esperándolas como los San Fermines con su chupinazo un año más. Uno las espera con emoción y alegría, y cuando te das cuenta ya se han terminado. Hay que pensar que si cada uno de nosotros las ha disfrutado como ha querido, eso es lo único importante; quedan otros muchos eventos a lo largo del año que también tienen su encanto y merece la pena celebrar (además, son la excusa para “juntarse” de nuevo con nuestra gente).
Quien más o quien menos, la tónica de estas (y todas) las fiestas es pasar estos días con la familia y amigos, de bodega en bodega, de cervecita en cervecita, disfrutando las terracitas en las frescas (¡y tanto este año!) noches de este pueblo… y la verbena popular. No es que sea algo espectacular que la diferencia de una verbena en Granada, pero es el hecho de ser en la Plaza y en fiestas lo que anima a estar ahí, bailando, mirando y ambas cosas a la vez.
Lo mejor ha sido, como siempre, el ambiente: la gente se ha involucrado, ha participado y ha formado parte de estos días como pilar básico para que todos nos hayamos divertido. Los conjuntos de música han dado la talla en general, aunque como siempre, los mejores han sido, en mi humilde opinión, la orquesta del sábado (Blanco y Negro), domingo (Ídolos) y martes (Azahara), sin olvidarnos, por supuesto, de los siempre míticos y legendarios Almaida, que animan como ellos mismos y nunca fallan. De todos estos, la orquesta Azahara ha estado con nosotros presente el martes de fiestas cada año, cosa que no comprendo dada su calidad de música y animación; supongo estarán tan solicitados que nos impide disfrutar de ellos un sábado o un domingo. Esperemos que algún día alguien se dé cuenta y nos los traigan más a menudo.
En cuanto a atracciones se refiere, este año se ha seguido la tónica de años anteriores: volvieron los coches de choque de luces galácticas y el “castillo” hinchable (que más que castillo parecía un rascacielos (cómo ha evolucionado el género desde que tenía 8 años); también hubo casetas de tiro (trucado), de lanzamiento de dardos (sin punta), sin olvidaros de la caseta-acuario (nueva este año). Hasta que no descubrí de dónde venía tanta pecera con el típico “pescao” naranja (el que muere al cabo de 2 días), ¡me plantee la posibilidad de que los regalaban con los gofres! Todos ellos sumados a los varios puestecillos de venta ambulante, animaron “el cotarro” un poco más, que por cierto, deberíamos hacer un pequeño esfuerzo todos y comprar algo de vez en cuanto en ellos: un día dejarán de venir.
Por supuesto, no puedo dejar de mencionar a nuestra siempre presente Banda de Música “Allegro” (de la que afortunadamente formo parte) que, tanto en sus mejores momentos como en los difíciles días por los que atraviesa, nunca ha dejado de lado a este pueblo, su pueblo. Nos deleitaron con su tradicional y especial concierto del sábado, dedicado este año al pasodoble español, en uno de los lugares más representativos de Galera: el Cortijillo. El domingo también hicieron acto de presencia durante la celebración de la misa en honor al Cristo de la Expiración, el patrón de estas fiestas, previo aviso musical en su tradicional pasacalles matinal. Finalmente, el lunes animaron el desfile de carrozas y el ambiente jovial que hubo alrededor del mismo.
En resumen: Viernes, sábado mañana, sábado tarde, sábado noche, domingo mañana, domingo tarde, domingo noche, ¡lunes!...lunes tarde, lunes noche…¡martes…de Reventón!...martes noche…¡Pump! ¡Se acabó! El último día de estas fiestas, tumbado en la cama a las 6:30 am, después de haberlo dado todo en la plaza, después de haber pasado el largo y castigado día de Reventón (comer, beber, comer, beber…), después de pasar un domingo muuuy largo (especialmente para los músicos de la banda: madrugar, tocar, pasar calor, comer, volver a tocar y salir), y después del sábado y viernes precedentes (que tampoco es que fueran precisamente light), llegó el final (¡gracias a los cielos!) de estos días, de estas fiestas tan cortas y tan largas, del bullicio, de los problemas de aparcamiento, de las terrazas llenas, de las atracciones de los niños, de los churros, los gofres, los mojitos, los kebabs… Alegría por haber terminado ya y pena porque habrá que esperar un año más.
La nota curiosa de todos estos días han sido…¡las multas por mal aparcamiento! Sí sí, habéis leído bien. Este año se han estado poniendo algunas multas a los distraídos conductores que no han visto la línea amarilla en suelo y aceras. La verdad es que siempre tenemos problemas de (mal) aparcamiento y por fin se han iniciado algunas acciones al respecto. Entre todos podríamos evitar que no ocurriera, pero bueno, cado uno que haga de su capa un sayo.
Pues no quiero hacerme pesado. La verdad es que no me ha dado tiempo a disfrutar de todas las actividades que se han programado, y si sigo siendo sincero, creo que nunca me ha dado tiempo… ¿alguien lo ha conseguido? […] Lo importante es que no falte entretenimiento para la gente, diversión y alegría, siempre intentando mejorar cada año, si no en todo, en parte; y que la gente siga viniendo y disfrutando de estas “fiestas de pueblo” tan seductoras para todos los que alguna vez pudieron disfrutar de ellas.
¡ Hasta el año que viene ¡
Nota: en la sección de descargas podréis bajaros el programa de fiestas íntegro. Aunque la calidad del escaneado no es la mejor, os servirá para acercaros un poco al ambiente que hubo para aquellos que no pudieron venir.
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Loyd Timm (sábado, 04 febrero 2017 10:37)
Hey very nice blog!