Necrópolis Íbera de Tútugi

Galera es referente arqueológico nacional,  pues cuenta con uno de los yacimientos íbero-romanos más destacados de esta etapa: la Necrópolis de Tútugi (siglos VII-III a.C.), cementerio que fue de la ciudad asentada en el Cerro del Real. Es conocida a nivel arqueológico desde 1920, aunque fue en 1914 cuando se descubrió porque, según se cuenta, una joven llamada Marta tuvo un sueño que profetizaba que se encontrarían grandes tesoros en el área, lo que ocasionó graves saqueos, tanto en la necrópolis como en la antigua ciudad.

Este conjunto funerario -entre túmulos y otro tipo de enterramientos- se componía de más de cuatrocientas sepulturas, entre los que se descubrió la  conocida como la Diosa de Galera (siglo -VII), de factura fenicia, expuesta en el Museo Arqueológico Nacional en Madrid.

Por este hallazgo y otros más de este período cultural producidos en el Cerro del Real, Galera forma parte de la internacional La Ruta de los Fenicios, dentro del Itinerario Cultural del Consejo de Europa.

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Fuente: Guía de Turismo de Galera (Ayuntamiento de Galera)

La Diosa de Galera o Dama de la Fertilidad fue encontrada en este yacimiento íbero formando parte del ajuar de una tumba ibérica que constaba entre otros objetos de vasos griegos, cerámica pintada y ungüentarios de pasta vítrea. Tiene unas dimensiones de 18,5 cm de alto, 12 cm de ancho y 13 cm de grosor.

Se trata de una figura figura fenicia femenina y tallada en alabastro, sentada en un trono sin respaldo, flanqueada por dos esfinges tocadas con la doble tiara egipcia. Viste túnica plisada, que se representa mediante incisiones paralelas y sostiene con ambas manos un recipiente que recogía el líquido vertido por el orificio de la cabeza y que salía por los pechos perforados, en alguna ceremonia de tipo ritual en la que se libaría un líquido sagrado (tal vez un perfume). Se aprecia en la figura influencia mesopotámica por sus formas robustas. Por otro lado, la estilización en el traje y los cabellos denotan influencias egipcias. Debido a su carácter de objeto sagrado, pasó por varias generaciones hasta su enterramiento final como parte de un ajuar funerario.

Se considera una divinidad de procedencia oriental ligada a ritos de fertilidad, tal vez a diosa Astarté, que se fecha hacia el siglo VII a. C., aunque fue hallada en un tumba ibérica del siglo IV a.C., en concreto la número 20 (zona I) de la necrópolis de Tútugi.

Esta tumba fue saqueada en 1916 tras su hallazgo casual y la escultura vendida por sus halladores a un enviado de Siret, según cuentan en la memoria de la excavación que llevaron a cabo Cabré y Motos en 1918, ingresando en el Museo Arqueológico Nacional tras la donación de la colección Siret.

Excavaciones realizadas en 2008 han mostrado que la tumba era una estructura con un corredor de entrada y una cámara cuadrangular excavados en la roca y con un pilar de adobe central, posiblemente toda ella cubierta por un túmulo, y que fue rehecho en una segunda fase. Se demuestra así que es una de las estructuras más importantes y destacadas de la necrópolis y que tal vez tuvo desde su primer momento un carácter diferenciado y cultual específico dentro de la necrópolis, ligado a los fundadores del lugar.

La escultura se exhibe en el Museo Arqueológico Nacional de España, en Madrid.